Elegir la crema que mejor le va a tu rostro

1. Lo primero que tienes que tener en cuenta es tu tipo de piel. Para saber a qué grupo perteneces lávate la cara con un jabón suave y espera un par de horas. Observa el aspecto de tu piel, fijándote, sobre todo, en el tamaño del poro y la presencia de brillos.

• Seca. Tu rostro está tirante y ligeramente escamoso, su textura es fina y los poros apenas se advierten. Una crema de textura untuosa con agentes altamente hidratantes y nutritivos es la que mejor te sentaría.
• Mixta. Si en la frente, la nariz y la barbilla, la dermis brilla ligeramente y tiene los poros visibles puedes utilizar dos cremas distintas (“oil free” en la zona central y una para pieles normales en el resto) o puedes utilizar una crema equilibrante especial para este tipo de pieles.
• Grasa. Tus poros están dilatados y tienes brillos por toda la cara. Los cosméticos que utilices deben ser “oil free” (sin grasas añadidas). Los más adecuados son los productos en gel y los sérums.
• Sensible. Observas tu piel enrojecida, sobre todo en las mejillas y en la nariz. Lo ideal son cremas hipoalergénicas y que no contengan perfumes ni conservantes.

2. Adáptate a la época del año. Una crema que te ha ido muy bien verano, puede que no sea la más indicada para el invierno. La climatología condiciona mucho las necesidades de la piel.

• Otoño/invierno. En esta época tu piel requiere el doble de hidratación porque el frío reseca la dermis. Las cremas nutritivas de textura untuosa son las más adecuadas.
• Primavera. Las cremas descongestionantes suelen ser las protagonistas en esta época debido a las reacciones alérgicas primaverales, las irritaciones y las rojeces.
• Verano. Muy importantes son las hidratantes con filtro solar y textura ligera. Lo más importante es proteger tu piel del sol.

3. Dependiendo de la edad, debes utilizar cremas que se adapten a tus necesidades. A partir de cierta edad, no basta con una hidratante, también se hace necesario, utilizar una crema que te ayude a combatir el paso del tiempo.

• Prevenir la falta de firmeza. Los cosméticos con efecto “lifting” tonifican y tensan la piel, alisando las arrugas y dando al rostro un aspecto más firme y rejuvenecido. Sus principios activos estimulan la producción de colágeno y aceleran la renovación celular.
• Atenuar las arrugas. Las cremas con ácido hialurónico tienen un efecto alisante, rellenando las arrugas y mejorando la apariencia de la dermis.
• Borrar las manchas. Es conveniente utilizar una crema despigmentante. De efecto ligeramente exfoliante, elimina las capas superiores de la piel y la aclaran.
• Iluminar. Además de la edad, las agresiones externas (contaminación, sol, etc.) retrasan la renovación celular y hace que la dermis tenga un aspecto opaco y fatigado. Necesitas cosméticos con vitamina C y productos antioxidantes.

4. La piel es un organismo vivo y sus características y necesidades varían a lo largo del día.

• Por la mañana. Debes revitalizar tu dermis tras las horas de sueño. Una hidratante ligera que se aplique rápidamente es el producto ideal. Mejor si tiene filtro solar.
• Por la noche. Regálale a tu rostro una mascarilla nutritiva o una crema de noche que te ayude a aprovechar al máximo el efecto renovador propio del descanso nocturno.

A la hora de valorar una crema hay que tener en cuenta estos detalles:

• Textura. Amasa una pequeña cantidad entre los dedos y comprueba que tenga una textura agradable que no se pegue a los dedos.
• Aroma. Una buena crema debe tener un perfume suave y agradable.
• Aplicación. Comprueba que resulte fácil de extender y que se absorba bien. También es importante que produzca una sensación reconfortante sobre la piel.